lunes, 17 de enero de 2011

LEONEL ¿RETOÑO DE BALAGUER?

Por Lic. Héctor Ramírez

CONSUELO S.P.M.-Doy inicio a este breve análisis, con ciertas interrogantes de temor, ya que solo de percibir el título me llega a la memoria el pasado de 12 años salpicados de terror (1966-1978); de un balaguerismo desenfrenado, donde solo prevalecía el absolutismo: “mientras Balaguer respire, que nadie aspire”, “lo que diga Balaguer, es lo que va”, “Balaguer sin ti, se hunde este país”. Al final todo no fue cierto. Este dejó de respirar y no se hundió el país. Descansamos de sus ansias por el poder.


Todavía, de ese tiempo, mora entre nosotros muchas secuelas de dolor. Que Dios lo haya perdonado. Ya otros, en la que fue su organización política, han aspirado, sin alcanzar el triunfo, fruto de no haber sembrado el liderazgo. Resultó tan egocentrista que su espíritu quedó impregnado en ese partido y no les permite levantarse y ponerse de acuerdo para alcanzar la “silla de alfileres” del palacio nacional.


En nuestro ámbito político actual se está pitando un escenario que intenta parecerse a lo antes referido. Recordemos, resultándome chocante, que el mismo Balaguer fue quien dio el apoyo, a través del Frente Patriótico Nacional, para que Leonel Fernández se enrumbara por los caminos del poder presidencial: 1996-2000, 2004-2008, 2008-2012, precisamente 12 años cuando culmine su tercer mandato.


En esa ocasión, en su discurso de cierre de campaña de 1996, Balaguer dijo: “el camino malo está cerrado, cerrado definitivamente a la maldad y la demagogia y abierto, abierto de par en par al patriotismo dominicano”. Y desde esa fecha a la presente hemos visto la maldad, la demagogia y la falta de patriotismo vertidos sobre la patria de Duarte, Sánchez y Mella. Se ha abierto muchas heridas por donde emanan la impotencia, la desesperación y el dolor de los que no viven, más bien, sobreviven y tristemente se han cerrado vidas por la falta de alimento y salud.

La desesperación por el continuismo, planteada dentro del partido morado, tiene a muchos como solía hacer Balaguer para ponerse de espalda a la realidad: ciego, mudo y sordo. A este grupo, el poder le ha producido ceguera, mudez y sordera. No escuchan ni ven a nadie como nueva oferta a los cambios que amerita la nación dominicana, tales como: la reducción de la pobreza, la creación de fuentes de empleos, la solución al problema energético, el equilibrio entre sueldo mínimo y canasta básica, la solución a la falta de suministro de agua potable, la mejoría en los renglones de salud y educación, la eliminación de la corrupción, las facilidades de oportunidades y superación, el cumplimiento de las leyes y aplicación de la justicia, el combate efectivo a la delincuencia y drogadicción, el cese a la deforestación y contaminación del medio ambiente, ...
En su afán reeleccionista, varios de los que están “cogiendo los mangos bajitos”, ya han invertido sumas millonarias en vallas publicitarias promoviendo a Leonel Fernández. En la promoción continuista, refiriéndose a él, éstas dicen: “El camino seguro”. “Porque él no se pertenece y el pueblo se lo merece”. Además, suenan una serie de frases o eslogan, como estos: “Leonel Maestro, Líder y Guía del Pueblo Dominicano”. “Leonel vuelve y vuelve, aunque la Constitución lo prohíbe, pero eso se resuelve”.
A pesar que el Art. 124 de nuestra Carta Magna prohíbe la reelección por dos periodos consecutivos, en entrevista con comunicadores, en la casa de gobierno, Leonel dejó abierta la posibilidad de ésta por medio de un “referendo” del cual requiere el “sí” de la población y luego contar con la aprobación de las dos terceras partes de las cámaras de diputados y senadores, según el Art. 210. De todo modo, a mi entender, esto implicaría una inmediata modificación o inclusión de un párrafo al Art. 124, dando el aval a la aspiración reeleccionista por haber agotado satisfactoriamente el Art. 210.
Leonel debe trasladarse al mes de mayo del año 2004 y tomar como lección lo ocurrido, cuando Hipólito Mejía, en sus ambiciones de poder, reformó la Constitución para reelegirse, siendo derrotado precisamente por él. Pero, viendo su constante activismo político, contar con un bloque mayoritario del Congreso y escuchar su última expresión: “Desde que el mundo es mundo, después del primero va el segundo”, estoy casi convencido que va a “jugar la última carta”, cueste lo que le cueste, ya que “papeleta mató a menudo”, o mejor digo: “la ambición endurece el corazón y destruye la razón”.
El poder históricamente embriaga, corrompe y, además, degasta la popularidad de cualquier líder político cuando no ha cumplido con lo ofrecido y no ha satisfecho las necesidades que exige su pueblo. Por esto, hay que abrir el espacio a los cambios y la nueva generación. Jean De Monet y Paulo Coelho no se equivocaron cuando dijeron: “En este mundo que habitamos, todo está sujeto a cambios continuos e inevitables” y “nadie puede quedar ajeno a los cambios que el mundo empieza a experimentar a partir de ahora”.
Esperemos pues, el desenlace final de esta novela de intriga y pasión: “Leonel y la reelección”, que tiene a muchos de su organización en disgusto y no se atreven a decir “esta boca es mía” por temor a ser apartados del pasto que le proporciona la selva del “león” o que, incluso, compañeros de partido, con el síndrome leonelista y que ya han invertido una millonada, vayan a atentar contra sus vidas.

Mientras tanto elevemos nuestras plegarias por la sensatez y concordia entre nuestros políticos y para que el Todopoderoso meta su mano e interceda por el bien del pueblo dominicano.

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