Por Hector Ramirez Sosa
CONSUELO S.P.M.-Nuestros gobiernos, a través del transcurrir del tiempo, les han abierto las puertas a numerosos inversionistas, entre los cuales figuran consorcios y hasta compañías de renombre internacional, procurando principalmente captar impuestos fiscales, crear fuentes de empleo y brindar bienes y servicios a la población.
A estos capitalistas, más que abrirle un espacio a su inversión, se les ha brindado la facilidad para que su capital tenga seguridad y se multiplique.
El Estado dominicano, en cierto sentido, ha sido muy benévolo con ellos, por no decir “blandito”, ya que, en muchos casos, no ha establecido las políticas vitales o de equilibrio entre servidor y consumidor, y si la están, no son ejecutadas con rigor para que inversionistas nacionales y extranjeros no abusen de los consumidores, a los cuales se deben.
Se ha descuidado esta parte convirtiéndose, en varios escenarios de nuestra actividad comercial, en un dolor de cabeza sin calmante, todo en detrimento del bolsillo de la población, dizque para no disgustar o alejar la inversión.
Es el caso de nuestras compañías de telecomunicaciones, algunas son inflexibles y solo apetecen ganancias y ganancias.
De ellas difícilmente se desprenden acciones en beneficio del usuario que no estén vinculadas al consumismo desenfrenado de sus productos.
Esto lo expreso en base a los casi quince años ininterrumpidos que llevo con el servicio telefónico residencial en la Compañía CLARO.
Nunca he recibido de ésta una notificación de “gracias por su lealtad”. Pero sí, OFERTAS Y OFERTAS que nunca plantean una política de beneficios al usuario sin la ventaja de éstas.
Estas compañías, unas más que otras, se han caracterizado por ser pocas dadivosas. Podemos apreciarlo cuando un usuario se atrasa en el pago de la renta, de inmediato aplican una mora establecida o, en su defecto, suspenden el servicio para luego cobrar renta más mora, y algo más, la reconexión.
Pero, cuando un celular deja de recibir la señal, como suele ocurrir por irregularidades de interconexión de estas servidoras, sólo surgen las EXCUSAS PUBLICAS. O, cuando un teléfono residencial queda sin servicio horas y días, debido a averías en las redes, ¿cuál es el descuento que se aplica?, NINGUNO.
El banquete que están disfrutando las telecomunicadoras, es bastante rico en “proteínas y minerales”, porque hasta “Los Picapiedras” tienen celulares.
Estas escasamente comparten el manjar con los que le ponen “el sazón”, en numerosos casos, pagando más por menos servicio, calidad y consideración, y si un tal INDOTEL o PROCONSUMIDOR que nos defienda, pero tampoco un “Chapulín Colorado” que salga en nuestro auxilio, solo queda el lamento de pueblo con la triste expresión: “quien hizo la ley, hizo la trampa”.
A diario notamos la facilidad que poseen nuestros parientes y amigos de llamar del extranjero para informarse de su gente y de la situación que acontece en el país o su comunidad.
Llamadas sin límite ni cargos, ya que están dentro de la renta básica mensual que ofrecen allá. Ahora, aquí con relación allá la comparación, al parecer, es “del cielo a la tierra”. Si no cuentas con un plan caro, ni intente mucho tiempo de conversación a EEUU o Europa desde su teléfono residencial, esas llamadas más impuestos le van a poner a “echar el grito al cielo” cuando reciba su factura.
Por igual, sucede con las recargas o tarjetas, ahí es donde “pica el peje”. Estas duran dependiendo, muchas veces, la hora, el día, la distancia o país, el teléfono o celular al cual llamas; si resulta de otra compañía, más caro será el minuto, por lo cual se agotan “en lo que pestaña un gato”. Además, nos limitan a un tiempo de uso, los minutos que hemos comprado, si no los consumimos en la fecha prescrita nos lo sustraen sin darnos justificación, notificación ni chance, pero cuando se nos agotan los minutos o corresponde el pago de la renta, las llamadas o minimensajes de aviso llegan como por arte magia. Y, sobre todo eso, al realizar una recarga o comprar una tarjeta recibimos menos minutos por la aplicación inmediata de un impuesto excesivo a la comunicación, fijado por el Estado.
Continuado con nuestro lamento o queja, recordemos que a finales del 2010 ORANGE lanzó la promoción: “Recibe GRATIS 2011 minutos en el 2011, para fines de semana de ORANGE a ORANGE. ¡Aprovecha esta oferta!, solo recarga RD$200 y envía desde tu móvil un minimensaje al 2011”. En esta publicidad, radial y televisiva, no se dijo al consumidor las condiciones de la oferta, que para recibir, mes tras mes, los 2011 minutos se debía consumir cada mes 200 pesos en recarga, que si no consumías los 168 minutos asignados por mes, te los restaban.
Pero, tampoco escuchamos que estaban en su página de internet, donde una gran mayoría del pueblo no tiene acceso. Razón sobrada, para que éstas abaraten el servicio de internet.
Recientemente, el 18 de marzo de 2011, recibí un minimensaje en mi celular de una nueva promoción de ORANGE que dice: ¡Hola!, recarga hoy $100 o más y podrás ganar RD$100 mil diarios con ORANGE. En ésta no se indica cómo y cuándo se efectuarán los sorteos. Vía televisa supe que serán 30 ganadores día tras día. Lo que si aclara el mensaje al final es: Mientras más recargues más oportunidades tienes de convertirte en un LOTOMAN. Para ser modesto, si de alrededor de 3 MILLONES de usuarios que posee ORANGE, participan 200,000 MIL con recargas de solo 100 pesos, ésta percibirá 20 MILLONES, de los cuales entregará 3 MILLONES en sorteo. El resto dedúzcalo usted.
Estas inmediatamente logran un potencial de clientes se vuelven mezquinas. Y como podemos notar, sólo ofertan a cambio del consumismo, con condiciones que nos impiden aprovechar al máximo “sus ofertas”. Ahora, además de Telecomunicadoras, fungen como Teleloterías con promociones de rifas en las que obtienen millones de pesos en ganancias, a través de recargas o minimensajes. Por consiguiente, pedimos como usuarios más equidad y toda la información, para que no surja nuestro clamor y frente a nuestra fidelidad, consideración. Que se pongan CLARO con el pueblo vendiéndole la ORANGE dulce, no la agria para que se VIVA en una verdadera correspondencia de “yo te doy y tú me das”. ¡¡ESPERAMOS QUE ALGUN DIA ASI SEA!!
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Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión. Art. 19 –Declaración Universal de los Derechos Humanos.
A estos capitalistas, más que abrirle un espacio a su inversión, se les ha brindado la facilidad para que su capital tenga seguridad y se multiplique.
El Estado dominicano, en cierto sentido, ha sido muy benévolo con ellos, por no decir “blandito”, ya que, en muchos casos, no ha establecido las políticas vitales o de equilibrio entre servidor y consumidor, y si la están, no son ejecutadas con rigor para que inversionistas nacionales y extranjeros no abusen de los consumidores, a los cuales se deben.
Se ha descuidado esta parte convirtiéndose, en varios escenarios de nuestra actividad comercial, en un dolor de cabeza sin calmante, todo en detrimento del bolsillo de la población, dizque para no disgustar o alejar la inversión.
Es el caso de nuestras compañías de telecomunicaciones, algunas son inflexibles y solo apetecen ganancias y ganancias.
De ellas difícilmente se desprenden acciones en beneficio del usuario que no estén vinculadas al consumismo desenfrenado de sus productos.
Esto lo expreso en base a los casi quince años ininterrumpidos que llevo con el servicio telefónico residencial en la Compañía CLARO.
Nunca he recibido de ésta una notificación de “gracias por su lealtad”. Pero sí, OFERTAS Y OFERTAS que nunca plantean una política de beneficios al usuario sin la ventaja de éstas.
Estas compañías, unas más que otras, se han caracterizado por ser pocas dadivosas. Podemos apreciarlo cuando un usuario se atrasa en el pago de la renta, de inmediato aplican una mora establecida o, en su defecto, suspenden el servicio para luego cobrar renta más mora, y algo más, la reconexión.
Pero, cuando un celular deja de recibir la señal, como suele ocurrir por irregularidades de interconexión de estas servidoras, sólo surgen las EXCUSAS PUBLICAS. O, cuando un teléfono residencial queda sin servicio horas y días, debido a averías en las redes, ¿cuál es el descuento que se aplica?, NINGUNO.
El banquete que están disfrutando las telecomunicadoras, es bastante rico en “proteínas y minerales”, porque hasta “Los Picapiedras” tienen celulares.
Estas escasamente comparten el manjar con los que le ponen “el sazón”, en numerosos casos, pagando más por menos servicio, calidad y consideración, y si un tal INDOTEL o PROCONSUMIDOR que nos defienda, pero tampoco un “Chapulín Colorado” que salga en nuestro auxilio, solo queda el lamento de pueblo con la triste expresión: “quien hizo la ley, hizo la trampa”.
A diario notamos la facilidad que poseen nuestros parientes y amigos de llamar del extranjero para informarse de su gente y de la situación que acontece en el país o su comunidad.
Llamadas sin límite ni cargos, ya que están dentro de la renta básica mensual que ofrecen allá. Ahora, aquí con relación allá la comparación, al parecer, es “del cielo a la tierra”. Si no cuentas con un plan caro, ni intente mucho tiempo de conversación a EEUU o Europa desde su teléfono residencial, esas llamadas más impuestos le van a poner a “echar el grito al cielo” cuando reciba su factura.
Por igual, sucede con las recargas o tarjetas, ahí es donde “pica el peje”. Estas duran dependiendo, muchas veces, la hora, el día, la distancia o país, el teléfono o celular al cual llamas; si resulta de otra compañía, más caro será el minuto, por lo cual se agotan “en lo que pestaña un gato”. Además, nos limitan a un tiempo de uso, los minutos que hemos comprado, si no los consumimos en la fecha prescrita nos lo sustraen sin darnos justificación, notificación ni chance, pero cuando se nos agotan los minutos o corresponde el pago de la renta, las llamadas o minimensajes de aviso llegan como por arte magia. Y, sobre todo eso, al realizar una recarga o comprar una tarjeta recibimos menos minutos por la aplicación inmediata de un impuesto excesivo a la comunicación, fijado por el Estado.
Continuado con nuestro lamento o queja, recordemos que a finales del 2010 ORANGE lanzó la promoción: “Recibe GRATIS 2011 minutos en el 2011, para fines de semana de ORANGE a ORANGE. ¡Aprovecha esta oferta!, solo recarga RD$200 y envía desde tu móvil un minimensaje al 2011”. En esta publicidad, radial y televisiva, no se dijo al consumidor las condiciones de la oferta, que para recibir, mes tras mes, los 2011 minutos se debía consumir cada mes 200 pesos en recarga, que si no consumías los 168 minutos asignados por mes, te los restaban.
Pero, tampoco escuchamos que estaban en su página de internet, donde una gran mayoría del pueblo no tiene acceso. Razón sobrada, para que éstas abaraten el servicio de internet.
Recientemente, el 18 de marzo de 2011, recibí un minimensaje en mi celular de una nueva promoción de ORANGE que dice: ¡Hola!, recarga hoy $100 o más y podrás ganar RD$100 mil diarios con ORANGE. En ésta no se indica cómo y cuándo se efectuarán los sorteos. Vía televisa supe que serán 30 ganadores día tras día. Lo que si aclara el mensaje al final es: Mientras más recargues más oportunidades tienes de convertirte en un LOTOMAN. Para ser modesto, si de alrededor de 3 MILLONES de usuarios que posee ORANGE, participan 200,000 MIL con recargas de solo 100 pesos, ésta percibirá 20 MILLONES, de los cuales entregará 3 MILLONES en sorteo. El resto dedúzcalo usted.
Estas inmediatamente logran un potencial de clientes se vuelven mezquinas. Y como podemos notar, sólo ofertan a cambio del consumismo, con condiciones que nos impiden aprovechar al máximo “sus ofertas”. Ahora, además de Telecomunicadoras, fungen como Teleloterías con promociones de rifas en las que obtienen millones de pesos en ganancias, a través de recargas o minimensajes. Por consiguiente, pedimos como usuarios más equidad y toda la información, para que no surja nuestro clamor y frente a nuestra fidelidad, consideración. Que se pongan CLARO con el pueblo vendiéndole la ORANGE dulce, no la agria para que se VIVA en una verdadera correspondencia de “yo te doy y tú me das”. ¡¡ESPERAMOS QUE ALGUN DIA ASI SEA!!
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Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión. Art. 19 –Declaración Universal de los Derechos Humanos.
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